UN PASO AL MUNDO DIGITAL
Manuel José Cárdenas| Portafolio.co
La factura electrónica se comenzó a utilizar en algunos países de América Latina en la
década de los noventa y, con la entrada del nuevo siglo, su implementación se aceleró
significativamente. La búsqueda de seguridad, trazabilidad e integridad del mensaje ha
conducido a la mayoría de los gobiernos de la región a establecer la obligatoriedad de su uso
y los procesos de ‘homologación’ para intercambiar facturas. Chile fue el pionero en el 2003,
seguido por Brasil y México. Estos tres países lideran hoy la facturación electrónica tanto en la
región como en el mundo.
En la actualidad, el uso de la factura en formato digital es obligatorio en Brasil, México, Chile,
Perú, Ecuador, Argentina, Uruguay y Guatemala. Colombia ha estado bastante rezagada.
Aunque desde 1994 se expidieron normas para reglamentarla, y se ha utilizado de manera
voluntaria, solo hasta la reforma tributaria del 2016 (Ley 1819) se estableció que todos los
responsables de declarar y pagar IVA y el impuesto al consumo deberán expedir factura
electrónica a partir del primero de enero del 2019.
La experiencia de los países donde se lleva años usando la factura electrónica ha demostrado
que su uso aporta importantes ventajas y beneficios a todos los sectores de la actividad
económica. Ello
impactará favorablemente la competitividad de diferentes sectores, pues al lograr entender la
dinámica transaccional del país en tiempo real, permitirá tomar decisiones más rápidas y
acertadas.
Este gran cambio, en lo que tiene que ver con las empresas, se verá principalmente en las
pyme, pues la posibilidad de acceso a un ciclo completamente digital permitirá la reducción de
costos, mejora en la gestión del negocio, en los pagos y cobros, así como la posibilidad de
acceder a nuevas fuentes de financiación.
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